El mercado de CBD crece en Europa

Empezaron poco a poco pero este 2020 ha sido, sin duda, el año del CBD. Aunque en USA es bien conocido desde la legalización casi total del país en Europa no era apenas conocido y se confundía frecuentemente, o metía en el mismo saco, con el THC. Por fortuna la ausencia de efectos psicotrópicos y sus amplios beneficios terapéuticos lo han posicionado como un producto de gran demanda. 
El problema que está encontrando el CBD en su carrera por el éxito comercial es la incertidumbre que crea en todos los implicados en su producción, cultivadores, manipuladores, distribuidores y puntos de venta. El hecho de ser un producto muy novedoso y que ha entrado de golpe en el tejido comercial europeo no ayuda demasiado. Las legislaciones completamente diferentes en cada país, en muchos casos contradictoria dentro del mismo país, están complicando en gran manera su inclusión en el mercado.
En España, por ejemplo, es legal plantarlo pero no manipularlo, puedes tener una plantación del tamaño que quieras, siempre con los permisos correspondientes y teniendo especial cuidado en que no superen el 0,2% de THC que es el máximo legal, pero después tu cliente tiene que enviar a recogerlo porque como cultivador no puedes distribuirlo. Una vez procesado es legal para temas cosméticos y aromáticos, aromaticos… pero no para el consumo. A muchos estancos y tiendas especializadas les han requisado los productos CBD ofertados para el consumo, flores, aceite, etc…
La cosa se nos complica cuando entramos en normativas conjuntas europeas, nos encontramos que en 2019 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) designó los productos CBD como un alimento nuevo, esto supone que las empresas deben seguir los protocolos comunes de cada país para ofrecerlo como alimento. Por desgracia apenas un año después la Comisión Europea anunció que suspenderá la aprobación de nuevos alimentos con CBD para determinar si se tienen que etiquetar como narcóticos o no.
Este descontrol institucional lo único que consigue es un mercado sumergido, o eufemístico, en el que no se llama a nada por su nombre pero que se vende y consume con normalidad. Como siempre el mercado y la demanda avanza a kilómetros de los políticos que, con su afán de controlar y no hacer caso a los expertos, alargan innecesariamente procesos que se han realizado ya exitosamente en otros países, o en los propios.
Os seguiremos informando de los avances en la normalización de los productos CBD.
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The CBD market grows in Europe
They started little by little but this 2020 has undoubtedly been the year of CBD. Although in the USA it is well known since the almost total legalization of the country in Europe it was hardly known and was frequently confused, or put in the same bag, with THC. Fortunately, the absence of psychotropic effects and its wide therapeutic benefits have positioned it as a product in great demand. 
The problem that CBD is encountering in its race for commercial success is the uncertainty it creates for all those involved in its production, growers, handlers, distributors and outlets. The fact that it is a very novel product and that it has suddenly entered the European commercial fabric does not help much. Completely different laws in each country, in many cases contradictory within the same country, are greatly complicating their inclusion in the market.
In Spain, for example, it is legal to plant it but not manipulate it, you can have a plantation of the size you want, always with the corresponding permits and taking special care that they do not exceed 0.2% THC, which is the legal maximum, but after your client has to send to pick it up because as a grower you can”t distribute it. Once processed it is legal for cosmetic and aromatic issues, aromatics … but not for consumption. CBD products offered for consumption, flowers, oil, etc … have been requisitioned from many tobacconists and specialized stores.
Things get complicated for us when we enter joint European regulations, we find that in 2019 the European Food Safety Authority (EFSA) designated CBD products as a new food, this means that companies must follow the common protocols of each country to offer it I eat food. Unfortunately just a year later the European Commission announced that it will suspend the approval of new CBD foods to determine whether or not they should be labeled as narcotic.
The only thing that this institutional lack of control achieves is a submerged market, or euphemistic, in which nothing is called by its name but is sold and consumed normally. As always, the market and demand are advancing miles away from politicians who, with their desire to control and ignore experts, unnecessarily lengthen processes that have already been successfully carried out in other countries, or in their own.
We will continue to inform you of the progress in the standardization of CBD products.

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